Agenda Mujer
¿Cuántas veces has pasado la noche en vela tratando de dormir a tu retoño? Muchas, ¿verdad? ¿Has probado con los masajes? Algo tan sencillo e intuitivo como dar caricias es un método excelente para conseguir que tu bebé duerma como los angelitos. Mientras dormimos nuestro organismo segrega melatotina, una hormona que induce al sueño. Según un reciente estudio, los niños que reciben masajes antes de acostarse aumentan la producción de esta hormona y duermen más fácilmente.
El recién nacido no entienden las palabras pero sabe perfectamente cuándo y quién le da cariño; a través de tu olor y tu tacto el pequeño percibe y recuerda sensaciones placenteras previas. Dedícale un rato cada día a darle un masaje, transmítele tu cariño a través de su piel y verás como se estrecha el vínculo emocional que os une. Las caricias ayudan a que el niño se sienta más seguro, libere tensiones (y gases) y aumente su apetito. Busca un ambiente relajado y con una luz tenue. Utiliza la leche corporal CONSUMER Bebé hipoalergénica con agentes hidratantes. Primero, vierte la leche corporal en tus manos y frótalas para que entren en calor. Mientras le acaricias préstale toda tu atención: mírale a la cara, háblale o cántale una nana. Con las manos, haz pequeños círculos sobre el vientre y la espalda. Observa como reacciona a cada caricia. Presiona suavemente sus brazos y piernas con los pulgares, doblando de vez en cuando sus extremidades para que no pierdan elasticidad. Repite el masaje todos los días durante 15 minutos y... dulces sueños.
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